Hola! Mi nombre es Lucas Rodríguez, y te cuento un poco de mí. Nací un 23 de diciembre de 1985, en Mendoza, Argentina, donde he vivido todos estos años. Si bien desde chico tuve intriga por temáticas trascendentales e inquietudes existenciales, mi viaje en este camino de autodescubrimiento se fue desplegando de manera más concreta durante mi época universitaria. A través de diferentes lecturas y personas se fue despertando en mí una curiosidad por los mundos internos. A través de diferentes cursos, workshops y experiencias fui adentrándome en este vasto mundo que aún transito.
A los 13 años la música entraría en mi vida para quedarse, a través de la guitarra como instrumento principal, y de estilos muy variados. También el arte y el diseño como profesión estuvieron muy presentes desde esa edad en mi vida, sabía claramente que eso quería estudiar y ejercer, y aún hoy lo hago con mi estudio de diseño Hexa, en Mendoza.
Volviendo un poco en el tiempo, hace más de 15 años, mi primer encuentro con el yoga, el tantra y la meditación se dio a través de meditaciones activas de Osho. Fue una iniciación a la meditación y a las tecnologías de respiración orientales, muy poderosas, que me transportaron y conectaron con una nueva realidad. Durante esa época, por mis veinticuatro años transité una etapa de varios años en los que participé de varios cursos avanzados de conocimiento, prácticas yóguicas y retiros de silencio. También esto llevó a que pudiera ser voluntario en diferentes ocasiones y lugares, ya que este grupo fomentaba el servicio social desinteresado. Cada una de estas experiencias iba abriendo una nueva perspectiva en la interacción entre el entorno y mi espacio interno que se iba cultivando con cada vivencia. Las técnicas de respiración y meditación eran muy potentes y generaban espacio para procesos internos muy profundos.
Algunos años después a través de varios amigos, con los que transitaba estas prácticas orientales, entré en contacto con un hermoso grupo de trabajo espiritual del que sigo participando activamente hace más de 12 años. Este grupo de trabajo energético se llama la Ciencia Unitaria y siento que en el avance de sus enseñanzas ha ido aportando tanto en mi nutrición y desarrollo, que el hecho de poder compartirlo y acompañar a otros en su camino se ha dado de una manera orgánica y hermosa.
Comencé durante mis estudios de la Ciencia Unitaria a practicar Yoga de manera regular con mi maestra Gigi Berti, quien se convertiría en compañera de un hermoso camino compartido. Fueron varios años en los que sumados a esta práctica comenzaba a conocer diferentes escuelas y linajes, realizando cursos con otros formadores y experimentando este vasto mundo del Yoga. Realicé capacitaciones de Yoga Iyengar, práctica sostenida y cursos de Ashtanga Yoga, Yantra Yoga Tibetano, Yin Yoga, Vinyasa Yoga y Purna Yoga y Acroyoga, entre otros, hasta que finalmente conocí Kundalini Yoga, una práctica que causó un impacto muy fuerte en mí.
El primer acercamiento a la práctica de Kundalini Yoga fue de la mano de la Maestra Surya Kaur. Entré rápidamente en resonancia con estas enseñanzas ya que integran y sintetizan mucho de lo que venía trabajando y viviendo. Llegó luego la oportunidad de formarme y tomé el instructorado en Córdoba, Argentina con los Maestros Pritam Pal Singh Khalsa y Ardas Kaur Khalsa, quienes cuentan con más de 40 años de experiencia en la práctica y lideran formaciones en toda Latinoamérica. Disfruté y aprendí muchísimo de aquellas enseñanzas, aprendizaje que continúa actualmente. Seguí con formaciones vinculadas al Kundalini Yoga de Nivel 2 y al Naad Yoga, yoga del sonido, trabajando específicamente con la vibración del Gong y sonido terapéutico.
En dichas capacitaciones de Naad Yoga, tuve mi iniciación con Kalygong en Mar del Plata y continué mis prácticas y estudios del sonido con Don Conreaux en La Plata, cursando su Gong Master Training hace algunos años, aportando estas formaciones en ambas instancias más herramientas de autoexploración y poderosas técnicas de meditación y transformación.
En 2012, conocí a Matías, cuando estuvo por Mendoza con su camino de Harwitum. Como grupo de la Ciencia Unitaria lo invitamos para que nos contara de su camino, su misión y lo tuvimos hablando más de 7 horas luego de haber estado activando en la Plaza Independencia… y como se imaginarán estaba intacto, como nuevo. Luego de esa oportunidad cada vez que venía a Mendoza estaba invitado a compartir con nuestro grupo quien lo recibía con gusto y por supuesto era un invitado de honor a nuestras reuniones donde podíamos intercambiar los regalos de las conexiones internas que se generaban. ¡Un regalo! Estos encuentros fueron afianzando una amistad que hizo que quienes estaban en resonancia con su trabajo nos ofrecieramos para hacer un equipo de soporte energético para el 11/11/2018. Y allí fui uno de los 6 que estuvimos aportando en aquel evento tan poderoso.
Esto fue el precedente para que luego en 2020 con el camino de Yosoy se diera la oportunidad de formar parte del equipo de los Idilien y participar de varios viajes a Egipto, preparándonos primero como núcleo, compartiendo meditaciones todo un año con este equipo y finalmente coordinando grupos de trabajo en los viajes siguientes. Unas experiencias inolvidables. En estos encuentros las herramientas adquiridas del Kundalini Yoga pudieron ser compartidas para alinear, calibrar y propiciar estados internos.
En síntesis, la disciplina yóguica ha contribuido enormemente a mi desarrollo en muchos niveles. Kundalini Yoga me ha llevado a desafiarme, a confrontarme y a encontrarme conmigo cada vez más, desarrollando mis potencialidades en continua evolución en el desarrollo de mi Ser. Creo que lo más bello de estas enseñanzas está en encontrar la propia maestría, y una gran parte de ello reside en compartir lo aprendido, destacando una frase que me acompaña en mi crecimiento: “Si quieres aprender algo, léelo. Si quieres entender algo, escríbelo. Si quieres tener la maestría de algo, enséñalo.”
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Instagram @lucasrodriguez234